martes, 11 de agosto de 2015

14_Odio


No puedo dormir, solo pienso en estar contigo abrazado diciéndote que te quiero. No he borrado nada, no lo puedo hacer, estas tan dentro de mi que nunca has salido.

La sensación de esperarte invade todo mi ser, mi todo o nada no iba de broma, supongo que las sensación de no poder tenerte y el echarte tanto de menos me duele tanto que no aguanté más.

Estoy hecho un cuadro, todo es triste a mi alrededor, nada funciona, nada fluye, todo son piedras y complicaciones por donde vaya. El vacio de mi padre es enorme y duele tener que autoanalizarme para saber en que estado estoy. Hay días que estoy algo bien, hay días que estoy muy mal, hay días que no se ni quien soy, ni que debo hacer, ni a donde debo dirigirme, no se como solucionar muchas cosas, hay problemas que me superan y no se lo puedo preguntar a mi padre, él era la mejor persona de este mundo, bueno, gracioso, inteligente, generoso  y mil cosas más, dió la vida por nosotros. Es muy duro no poder llamarlo o enviarle un mensaje, ver como abre la puerta del comedor y hacernos reir con cualquier chorrada, sus comentarios irónicos, sus miradas. Releo lo último que le dije lo justo para no llorar. Cada paso que doy en la granja veo cosas suyas. Es tan triste que me derrumbo por momentos.  Lo echo tanto de menos.

No te puedo olvidar porque te quiero mucho, o como dices tu, demasiado. Quiero estar contigo como sea, soy así de cansino. No quiero que estés mal porque me hace feliz verte que estas contenta, tranquila y a gusto, no deseo nada más que tu compañía y que me llenes con tus fricadas y historias para no dormir que siempre te sacas de la manga. He pensado cada día en ti, en como estarías y si dormías bien por tu tierra. Estoy asustado, no quiero perderte. Eres la parte de mi vida que hace que luche cada día, sin ti no tengo rumbo, no se que hacer.

Te voy a decir yo lo que odio, los noodles también claro, cada anuncio de los yakisoba pienso en ti, cada sonido de moto que oigo pienso en ti, cada tatuaje, cada tejanos rotos, cada dunkin donuts, cada café con hielo, hoy he cojido un tríptico informativo al azar y era sobre como ser cívico en la ciudad si tienes perros, cada perro que veo pienso en ice, cada niño que se apellida ruiz, cada vez que oigo rock, odio el rock, en el metro, cuando abro el mobil, son tantas cosas que es imposible no verte, y soñar despierto, y tener la sensación de que hay esperanza en mi y en que me llamaras o escribiras y que me dices que quieres vivir conmigo y que no puedes estar sin mi. Me he imaginado buscando piso mil veces y que elijes tu y yo miro, como hacemos el traslado y tenemos el piso patas arriba pero nos da igual, como nos peleamos por tener el mando, por hacerte sustos que no te esperas, por hacerte caminos de posits hacia sorpresas, por oir como entras por la puerta y gritas hola, oir como te duchas o como ordenas tus cosas, como me das un beso y me dices te quiero por las mañanas, verte por casa como tanto me gustaría, nuestra casa. Soñar es gratis, sueño mucho, y lo he deseado y deseo mucho a ver si se cumple.

Te voy a copiar, mis top 5 son:

  • Abrazarte por detrás, cucharastile.
  • Comer/Cenar juntos
  • Despertarme a tu lado
  • Tu cuerpo tan bonito y que tanto me gusta
  • Tu sonrisa que tanto me ha enamorado

Hay muchos más, como tus besos, o como me cuentas historias tan apasionada, como me miras cuando duermo, como me susurras. Lo echo todo de menos.

No se como vas a reaccionar al leer esto, llevo todo el día queriendo escribir sin que supiera que ya habías escrito. Cuando me has contado lo de la editorial me ha sorprendido, no se, me esperaba algo más supongo, me he hecho ilusiones como siempre, si es que soy un soñador y pienso con el corazón. Me ha alegrado, extrañado y al mismo tiempo entristecido verte tan contenta, me he sentido muy distante. Me salen unos adioses tan frios que luego pienso que soy iceman en persona, si siento en cojerte y decirte más cosas y me sale un adiós, soy así de cortito y te pido disculpas porque me salé así, pero porque soy limitado vocal. Ningun adiós ha sido sincero, solo impulsivo,  tengo que aprender a contar hasta tres.

Ahora no sé ni como terminar esto, me he enrollado un poco. Siento haberte hecho sufrir, y lo siento con toda el alma, siento no aguantar más, siento que no ye haya facilitado las cosas y que mi mal carácter con celos y malas contestaciones me salieran. Ya me conoces un poco ahora, ya s que no valen las lamentaciones ni arrepentimientos, que siempre voy tarde,  pero si escribo todo esto es porque me importas y necesito que sepas todo lo que te he escrito, que nada de todo esto es ficción como tu futuro libro, que me tienes cuando tu decidas tenerme, que eres mi vida, joder si me pongo moña no paro, ya sé que no te gusta pero me sale así, soy un moñas por defecto.

Te quiero muchísimo, y que ya lo sabes aunque intentes autoconvencerte de que no, y que no voy a borrar nada. Sigue tu elefante de espaldas, tus felicitats, tu nombre, mi nombre con nuestros retratos en la o, el sol, el benvinguda amor y las pegatinas del libro del wonderful. Las fotos nuestras por supuesto que las guardo.

Ojalá estuvieras aquí, te echo mucho de menos. Odio los ojalas, me huelen a imposible, a que no puedes tener esperanzas ni a que no haya ni un mínimo de posibilidades. 

domingo, 28 de diciembre de 2014

13_Un donut rosa


Escribo de nuevo después de mucho tiempo en el que hemos estado más bien que nunca, hemos estado unidos y conectados en todo momento en todas las situaciones. Parecía que nada podía hacer temblar nuestro rumbo, pero siempre hay algo que no puedes controlar y que te desestabiliza.

      En algun momento de máxima sensibilidad en que quería estar más que nunca con ella, surgió un pequeño percance que nos desestabilizo. Por circunstancias teníamos que estar sin vernos una semana, y cualquier cosa podía ponernos en tensión. Me sentí molesto por un malentendido y ella estaba aun más sensible, estaba mal y me sentía lejos. Supongo que su falta de sueño hacía que intentara no pensar utilizando las horas de cualquier forma, leiendo, saliendo con los amigos o escuchando música. Sus miedos habían vuelto y yo no estaba a su lado para poderla ayudar, almenos de la manera que a ella le hubiera gustado,  y todo se acentuaba aún más. Yo no sabía su malestar, de haberlo sabido hubiera reaccionado de otra forma, hice grande un despiste suyo, ahora lo entiendo más.

      Me ha pedido tiempo, le han vuelto las ganas de irse, y me aterroriza volver a sentir que quiere irse. Se que lo esta pasando mal y que no le ayudan estos altibajos, y la entiendo. Entiendo que necesita paz, y que a veces yo no se la doy y paso de un extremo al otro, por nuestra situción y por vernos poco estamos muy sensibles.

      Se que me quiere con locura, y eso me tranquiliza, pero no paro de pensar como sería todo si estubieramos juntos día a día. Nos necesitamos y nos cumplimentamos en muchas cosas. Necesito a diario un beso suyo, una mirada y una sonrisa. Que me diga que guapo soy, y decirle que no, necesito su silencio cuando está a mi lado, sus videos colgados, sus compras de cosas baratas, sus labios y su cuerpo que me hipnotizan, sus enfaditos tontos y sus reconciliaciones a besos, que me coja de la cara, que me diga que soy un sol, que me hable de sus cosas, ir a comer los dos tranquilamente, ir al cine y estar tan cómodos, ir a cenar pizza, despertame con ella con un brazo dormido y decirle que no es nada, hacerle el desayuno, jugar, hablar, reir, abrazar y tantas cosas que hacen que la quiera cada día más, es una persona muy especial que cautiva a cualquiera que tenga ojos y que tenga alma. Podría decir que no he estado tan bien conmigo mismo con alguien a mi lado, con ella parece que levites por encima del tiempo como si no existiera nada más. Hoy he visto  el dunkin donut y claro, pienso en ella en como pone esa cara al comerse algo dulce  El primer donut que he visto es uno de color rosa, color odioso vale, pero en el centro había una casa y he pensado, mira, nuestra casa, y la nostalgía se ha apoderado de mi.

      La quiero más que a mi, se que vendran mejores tiempos y se que ella estará mejor. No lo dudo. Bueno yo también estaré mejor, porque puedo estarlo claro, pero lo que más deseo es que ella se sienta bien, feliz, y en paz, y a lo mejor soy cansino, complicado, cambiante, moñas, tozudo, obsesivo, frio y distante a veces, pero mi vida eres tu, y no dudes en que te quiero, te necesito y quiero estar contigo, y voy a esperar lo que haga falta hasta que estés mejor y estar a tu lado como mereces que esté.

      No te olvides de mi por favor.








martes, 19 de agosto de 2014

12_ Reflexión nocturna

Tu hoy también tienes sorpresa, y no es un tattoo. Así que....

No creo que lo leas pero bueno, me voy a dormir ya, no sabes lo preocupado que estoy por no verte durante15 dias... :(

Sigo sin llevar bien el echarte de menos, llevamos así casi dos años.

Te quiero mucho mi amor, no sabes cuanto.

lunes, 12 de mayo de 2014

11_Puedo decir (2)

Puedo decir que todavía me asombra su inocencia y su personalidad, no pasa el día en que no intente descubrir los códigos de las puertas de sus muros y de como poder penetrar en ella para poder conocerla mejor. Es todo un mundo, pero incluso así, me parece una chica de lo más interesante, y no dejo de perder la ilusión de conocerla cada día un poco más.

Desde que la conozco, no ha pasado ni un día, por malo que sea, en que no piense en ella (me viene a la cabeza contar el total de días hasta hoy que acumulo pensando en ella, pero soy demasiado obsesivo con los números, ya lo sé, no lo haré), no me canso de imaginarme con ella haciendo cualquier cosa cuotidiana, como hicimos en ese precioso bungalow meses atrás, en que más de un año después de habernos conocido podíamos disfrutar de almenos 48 horas juntos sin ningún tipo de preocupación, sin kilometros de por medio, sin estar pendientes de la hora y sin malos rollos, disfrutando del tiempo juntos, comiendo, viendo la tele, durmiendo, haciendo el amor, riendo, hablando, paseando, duchándonos juntos, iendo a compar, relajándonos, jugando a cartas, haciendo la comida y todos esos momentos en que uno se imagina y al fin lo puede ver con sus propios ojos. Ese fin de semana fué algo que los dos estabamos deseando desde casi al principio, una ilusión que parecía imposible, estar juntos con tantas ganas como teníamos los dos y poder disfrutar de nuestra compañía, uno al lado del otro. Un fin de semana de ensueño.

Puedo seguir diciendo que cada vez nos tenemos más confianza, que me tranquiliza saber que los dos tenemos claro que estamos juntos y que queremos estarlo cada vez más. Me hace ilusionarme cada vez más el pensar que por fin podremos estar juntos de verdad algun día, que esta esperanza es el carburante que me hace seguir adelante, que luchar por ella vale la pena, que está tan dentro de mi que a veces parezco ella, que no se comerme unos espaguetis sin pensar en provar de comérmelos con cuchara o no y que tengo una Polaroid porque ella tiene una. Hay tantos detalles que me han quedado gravados que a veces me sorprende lo que puede influir cualquier pequeño detalle suyo, tengo demasiada memoria y soy demasiado receptivo como para que no me afecte, y supongo que  para mi, lo que parece insignificante, para mi es todo un descubrimiento.

Llevamos una buena temporada, parece mentira que las montañas rusas empiezan a escasear, no me lo creo, sigo teniendo la espina de sus ansias de correr, y sigo asustado. No me imagino sin ella, y sin su sonrisa. Deseo que algun día este miedo se vaya.

No deseo muchas cosas, no soy muy ambicioso, me conozco un poco y sé que la calma, su compañía, el respeto y la comprensión són los pilares para mi felicidad, no deseo más que todo esto para poder seguir viviendo, y creo que con ella podría ser así.

Pd: 599 són los días que pienso en ella desde que la conozco. Mañana nos vemos 600 días después de esa cena tan inesperada, bueno, menos inesperada que ese beso. Puedo decir que ese beso era la llave que abrió algo en mi.




















lunes, 23 de diciembre de 2013

10_Nube con turbulencias


 

Iba muy estresada por todo, tenía las tardes tan ocupadas que no tenía tiempo de quedar conmigo, y no nos podíamos ver como nos gustaría. Quedamos ese día en una parada del Tram, y solo teníamos una hora, si llegaba. Hacía una semana que no nos veiamos y como siempre las ganas de vernos iban a más. Decidimos vernos esa semana ni que fuera menos de una hora, almenos para establecer algo de contacto y de tranquilizar nuestras ansias de vernos solo con ese momento. Los dos sabemos que es insuficiente, pero vistas las circunstancias, para nosotros ese momento era mucho. Me explicó lo que le sucedía, estaba inquieta, alterada por el mal estar que su situación laboral le producía. Me limite a escucharla y a hacerle alguna pregunta o algun comentario. Necesitaba hablar y que la escucharan, necesitaba soltarlo porque no podía cargarlo más. Sin más, nos despedimos, y justo entrar en el Tram me acordé que le había traido unos dulces de chocolate que tanto le gustan. Se los guardé para dárselos en otra ocasión.

 

       Después de tantos días sin vernos, decidimos que nos merecíamos algo más. Teníamos que calmar esas ganas de estar juntos y decidimos planear una noche para los dos. Habíamos hablado de la posibilidad de ir a un teatro a ver un show que hacía unos días que habían estrenado. Después de comprovar que quedaban pocas entradas para el día que queriamos ir, le comenté que las teníamos que comprar ya, que la única posibilidad de poder estar juntos eran dos entradas en una misma fila pero separadas por siete personas en medio, casi nada. Ella me dijo que no me preocupara, que podíamos mirar otra cosa. Yo insistí hasta el punto de tener que hacerle una apuesta, para que cediera un poco:

 

-        Te hago una apuesta, si no consigo que nos sentemos juntos, pago yo la cena.- Pensé que era la apuesta perfecta, a lo que ella, después de una pausa, me contestó:

-        Te hago otra apuesta, si no consigues que nos sentemos juntos, cuando se termine la obra, me voy. Aceptas?

 

       No me lo pensé mucho, sabía que no podía ser tan difícil que la gente no se moviera solo un asiento hacia un lado, por muy rancios que fueran. Le dije que si. Y compré las entradas para ese jueves. Yo me pedí fiesta el viernes para poder pasar la noche juntos, pero debo explicarme mal, claro, todo se pega, y hasta los malos entendidos resultan ya un clásico. Ya se sabe, las montañas rusas.

 

       Empezaba a las ocho y media. Me dispuse a salir de casa para ir a buscarla en la parada de la fuente. Me dijo que iba justa de tiempo, y que si el tren no se paraba llegaría bien. El dichoso tren se paró a su antojo para estimular nuestros nervios, y a y medía pasada la vi llegar.

 

       Me sorprendió. Estaba muy diferente de como la había visto siempre. Llevaba el cabello recogido como no la había visto antes. Labios pintados de rojo carmín que tanto acentua sus labios carnosos, y que tanto me gustan. Ojos pintados y maquillaje básico nada acentuado. Con sus gafas de pasta, pantalones negros, chaqueta negra, y unos zapatos de tacon que la levantaban unos quince centimetros más. Iba muy elegante. Al principio se ma hacía raro verla a mi lado tan alta, pero me gustaba. Me gustó mucho. Estaba impresionado.

 

       Con las prisas olvidaba que llevaba tacones, y me adelantaba al paso con las reprimendas oportunas de ella. Sabía que después de pasada la hora establecida de inicio del espectaculo, dejaban diez minutos más de margen por los imprevistos de última hora, y eran las ocho y trenta y cinco, solo teniamos cinco minutos para llegar, y el teatro estaba a dos minutos a paso normal. Finalmente llegamos. Abrimos la puerta y nos encontramos a un responsable de sala que nos indico que debíamos dubir al segundo piso, que un compañero suyo nos indicaría. Y así fué, subimos al segundo piso, por sorpresa de los dos, habían muchos asientos vacios, y nos sentamos juntos.

 

       Estaba empezando el show cuando nos estabamos sentando, llegamos justo a tiempo y con la comodidad de saber que podíamos estar juntos sin agobios de gente, ni tener que desplazar a siente personas para poder sentarnos juntos. Me quedé tranquilo al ver que solo teníamos que elejir los asientos que más nos gustaran, y le dije:

 

-        Supongo que la apuesta queda anulada no? – Le dije al ver que esa no era la situación que esperabamos que fuera.

-        Si claro. – Me dijo la cruel apostadora, con un tono que casi parecía que la quería ganar. En fin, después de ponernos cómodos, empezó la función.

 

       Fué un show muy dinámico y entretenido, con acróbatas, humor, bailes, y alguna que otra sorpresa más. Me lo pasé genial, la tenía allí al lado con la boca semiabierta de lo que le estaba gustando, la miraba de refilón para ver la cara que ponía, y me pareció que se lo estaba pasando bien. La oía reir a mi lado y me encantaba oirla, sabía que había pasado una semana muy mala y ese momento estaba desconectando de todo. Tiene una sonrisa que me enamora, y cada vez que la sentía tenía más ganas de apretarle más fuerte la mano o de abrazarla.

       Después del primer acto, nos quedamos sentados en nuestros asientos para hablar un poco, ya que no habíamos tenido tiempo de lo justos que habíamos ido. Me comentó los problemas que tenía en su trabajo, de algunos malos rollos, y de que no me entendió cuando le dije de pasar la noche juntos, pero bueno, lo único que pasaba por mi cabeza era que estaba preciosa, y que después de todos los mal entendidos que puedan haber durante el tiempo que no nos vemos,  se desvanecen a los pocos segundos de verla.

 

       Acabada la función, nos dispusimos a ir a cenar en algun sitio. Me había percatado de una pizzeria cercana al teatro que le comenté al salir, le dije que al llevar tacones que no la haría andar mucho, y fuimos a ese restaurante, a ella le pareció bien.

 

       Nos pedimos dos pizzas, ella una cinco quesos, y yo una de verduras. Un lambrusco y nada más. Una de mis cenas favoritas con la mejor compañía del mundo. Una compañía que me continuaba deslumbrando con su “look” tan diferente, con sus conversaciones tan interesantes, con sus miradas, sus gestos tan pronunciados, sus prisas en comerse lo que tenía en el plato y por beberse lo que tenía el vaso, su sorpresa al ver como casi se termina una pizza de tamaño familiar, sus ganas de comerme mis trozitos de calabaza al horno y su presencia que tanto anhelo todos los días y que siempre al verla después, me pone tan nervioso, me inquieta, me siento tan atraido por ella que hay momentos que siento como tiemblo al subir el tenedor a mi boca o tartamudeo a la hora de hablar, me siento como si viajara en una nube pero con turbulencias, me desprende tanta serenidad que noto hasta como me late el corazón, sensaciones que no estoy acostumbrado a sentir pero que me resultan apasionantes y que las vivo con mucha intensidad, que me haga sentir así hace que me de cuenta de lo mucho que me importa, de que la quiero, que la deseo y que hace darme cuenta de que es lo mejor que tengo.

 

       Al salir de la pizzeria, decidimos ir a tomar una copa en algun sitio, a poder ser cerca de donde estábamos ya que ella no podía andar con demasiada comodidad con sus tacones, así que se los quitó y nos dispusimos a encontrar algun local donde pudieramos estar tranquilos y cómodos.

 

       El local que decidimos entrar parecía agradable y tranquilo visto desde fuera, pero al rato de estar sentados, se empezó a llenar de adolescentes con ansias de beber y salir de fiesta, al verlo nos disgustamos un poco de ese ambiente poco deseado y con tanto ruido, así que al terminarnos la copa fuimos en busca de otro local. Lo encontramos cerca de ese, y el ambiente era más a nuestro gusto ya que estaba casi vacio, podíamos hablar y los asientos eran unos sofás donde nos pudimos poner cómodos.

 

       Seguimos hablando de nuestras cosas, y de su viaje. Me contó algo que ella pensaba que ya me había contado. Y si. Me lo había contado, pero no me había dicho su nombre, y él era con el que se iba dos semanas de viaje, un viaje que le había regalado por ser su amiga. En ese momento pensaba que me undía tierra abajo, me vino un ataque de celos que no recordaba haber sentido nunca y empecé a recordar cosas que me había contado de él, de lo que habían hecho, de lo que hicieron hace años, de que estarían solos de viaje durante dos largas semanas, de que lo habían dejado porque ella no quiso una relacón en ese momento, supuse que él estaba enamorado de ella y que quería algo más que sexo y que por eso ella no quiso seguir. Me vino a la cabeza millones de pensamientos cada cual peor, de lo que podría pasar, de los regalos que le hacía, de los que le haría, de esa aventura que tubieron con la que no paraba de darle vueltas y con la que me venían muchas preguntas, que claro, no se las hice. Me bloqueé como me bloqueo cuando alguna cosa altera mis sentimientos, no sabía que hacer ni que decir, supongo que fué una mezcla de celos, envidia, desconfianza y miedo. Y no paraba de pensar en que estarían juntos dos semanas, estaría más tiempo con él en ese viaje que conmigo desde que nos conocemos. Y me sentí impotente y rabioso.

 

       Consiguió sonsacarme alguna opinión para calmar mi mal estar, me comentaba que no tenía que temer por nada, que no tenía que pensar en nada malo y que tenía que confiar en ella, que solo era un viaje de vacaciones con un amigo con el que ya solo tenían amistad y nada más. Me calmó un poco, pero por dentro seguía con mis comeduras de cabeza.

 

       Nos echaron de local porque ya cerraban, era tarde, y nos fuimos en dirección a la boca del metro donde ella se tenía que maxar. Hacía frio. Nos abrazamos en un portal durante mucho rato, y luego en otro. No quería que se fuera.

martes, 3 de diciembre de 2013

9_La última noche

Empezaba a estar más tranquilo. La incertidumbre de no saber a dónde acabaría viviendo me estaba afectando demasiado y me agotaba cada día más. Llevaba un mes frenético sin parar de buscar y no encontrar nada que coincidiera con los parámetros que me había fijado, busqué y rebusqué, encontraba pisos que en un principio me gustaban y me ilusionaba con ellos, y después de visitarlos y ver que no era todo lo que me había imaginado, se me caían las ilusiones a los pies y me desilusionaba a cada piso que visitaba.  Lo que en un principio fué una proposición de intentar encontrar algo para mi sólo y poder sentirme más libre e independiente, se iba desmoronando con el tiempo y lo veía cada vez más complicado. Desistí finalmente y me propuse volver a compartir, pese a mi voluntad, y aunque en un principio no era lo que buscaba, acabé convenciéndome de que era la mejor opción.

       A la semana de buscar habitaciones compartidas y ver que no era nada fácil, de ver unos cuantos pisos deprimentes, habitaciones pequeñas y futuros compañeros de piso algo extraños, recibí un mensaje de un piso que vi antes de empezar toda la búsqueda, un piso de seis habitaciones a compartir con cinco chicas. Al principio la idea de compartir con cinco chicas me tiraba un poco para atrás, no me podía imaginar encontrar calma, buena convivencia, libertad, intimidad, y más si partía desde un principio de querer ir a vivir sólo, no me convencía la idea para nada y me citaban de nuevo para terminar de conocer a las inquilinas del piso. Había ido a visitarlo cuando supé que tenía que empezar a buscar. Mi excompañera de piso me dijo que tenía una amiga que vivía en un piso muy grande y céntrico y que si quería que podía ir a verlo, que las chicas eran muy tranquilas y que había buen ambiente. Semiconvencido acepté ir, y me propuse a tener esa opció por si acaso no encontraba nada. Era una posibilidad que consideraba con pocas probabilidades, pero ahí estaba.

       Después de más de un mes de búsqueda, me encontraba otra vez en ese piso céntrico. Hablé con ellas de varios temas genéricos, no me parecieron nada complicadas, parecían  agradables y simpáticas, no me sentí incómodo más allá de lo normal y tube la sensación de que después de toda la búsqueda de pisos y habitaciones, esa podía ser una buena oportunidad. El tiempo se me tiraba encima y a principios de mes tenía que irme del piso e instalarme a otro. Me dijeron que si quería, que podía entrar a vivir con ellas, que me consideraban un chico tranquilo y que parecía sincero. Así que, después de pensármelo bien, mentalizarme de esa nueva situación en mi vida, pensar en todo lo bueno que podía traerme el cambio y el instalarme a ese sitio tan inesperado, finalmente era una opción real y que la tenía ya mismo

       Después de analizar todos los puntos positivos y negativos, realmente no estaba del todo convencido de irme a vivir allí. Tal vez soy algo inseguro, todo me cuesta al principio y más después de tantas desilusiones vividas, me costaba mucho pensar en positivo y ver que podría estar bien en mi nuevo piso, incluso después de decir que si seguí visitando pisos deseperadamente para ver si encontraba lo que buscaba.

       Me encontraba visitando un piso pequeño de dos habitaciones, cocina vieja, salon pequeño y con un posible futuro compañero de piso argentino de unos 50 años, encuestador. Cuando llegué, había otra persona que había ido a ver el piso, un chico de unos 30 años, ucraniano, cirujano de intestinos. Me vi en esa situación tan peculiar. El argentino no callaba, hablaba como si le fuera la vida en ello, como si tubiera una maldición de que al estar callado la palmase. Y me pregunto: Que les pasa a los argentinos? Pensé, bueno, debe ser de raza o algo. El ucraniano no callaba tampoco, solo hablaba de hospitales privados y públicos, me vi tan cansado de escuchar a desconocidos egoistas, de ver que la gente solo piensa en sus cosas, de que te pongan tantas condiciones, estaba ya cansado de todo aquello, así que decidí no ver más pisos. Se acabó! me dije al bajar por el ascensor de ese miserioso piso. Me convencí finalmente de que ya había encontrado piso. Me iba al piso grande, céntrico y con cinco chicas de compañeras.

       Me encontraba entre los dos pisos y con ganas de terminar de una vez con todo aquello, pero tenía que hacer la mudanza. En tres días me amoblé la habitación y me pase todo lo que tenía del piso que dejaba al piso nuevo. Tube la suerte de que mi hermana me dejo el coche, con él pude hacer varios viajes cargados hasta las cejas de todas mis cosas, y de las que no sabía que tenía también.

       Era viernes, me había pedido el miercoles y el jueves para hacer mi mudanza, y ese viernes trabajé. Al llegar a casa intenté hacer una siesta, como hago algunos viernes que no he quedado. Pero ese día no pude. Estaba pensando en la posibilidad que había en que ella viniese esa noche después de salir con sus amigas. Era una posibilidad que en el fondo sabía que no podía ocurrir ya que ella no es de hacer estas cosas, pero aún así, mi pequeña esperanza estaba allí, y mis grandes ganas de que eso ocurriera no me dejaron dormir. Tenía ganas de que ocurriera. Muchas. Sabía que era la última posibilidad de que estubieramos los dos en esa habitación dónde habíamos vivido tantos momentos mágicos, recordé varios días que nos marcaron a los dos y recordé lo bien que habíamos estado allí y todo lo que nos habíamos dicho. Recordé que nos habíamos prometido unas fotos juntos allí, como recuerdo de todo lo vivido. Deseaba que ocurriera.

- Tranquilo, no te molestaré. – Creo que odio esta frase. Me lo repitió hasta la saciedad, y en cada repetición se apagaba dentro de mi esa pequeña esperanza de verla por última vez en nuestra habitación, de despedirnos con unas fotos juntos,  yo le decía que hiciese lo que quisiera, pero insistía con la misma frase.

       Cené mi pizza favorita congelada, espinacas con gorgonzola y me bebí una cerveza. Todo un festín después de una agotadora semana. Tenía ganas de relajarme e irme a dormir pronto, mirar una película cualquiera de viernes y nada más. Pensé en irme pronto a la cama para dejar de estar nervioso pensando en si vendría o no.

       Eran las dos de la madrugada y tenía la sensación de que no me dormiría nunca, ya no sabía como ponerme para dormir, la incertidumbre podía conmigo y mi mente no conseguia relajarse de ninguna manera. Creo que a las tres y media había dormido algo. Me desperté de un salto ya que puse el móbil en máximo sonido por si ella me decía algo. Era mi prima:

-        Me acabas de llamar? Estamos entrando a la disco.
-        No te he llamado. Que vaya muy bien!

       Almenos sabía que estaban en la disco, me pude hacer un poco el recorrido de la noche y tener alguna idea, me dijo que saldrían por otra zona, pero pensé que al final ya les iba bien la ruta de siempre.

       A las cinco de la mañana volvía a dar un salto, esta vez me estaban llamando. Era ella!! El corazón casi me sale del pecho, no se si de la alegría o de los nervios. Lo cojo y empezamos a hablar.

       Estaba un poco perjudiada, la notaba cansada y le costaba hablar por el exceso de alcohol que esas fiestas suponían. Esperaba que me llamase más tarde, pero me dijo que perdió a sus dos amigas y que ya estaba cansada de aguantar a un chico que le explico durante una hora toda su historia con su ex y de como poder volver con ella o algo así. Como es habitual en mi, sentí celos. Había estado hablando más esa noche con ese desconocido que conmigo en una semana. Supongo que es normal, tampoco soy muy experto en esto de sentir celos pero ahora, con ella, me sale muy amenudo y no se muy bien como gestionarlo.

       Primero me dijo que no venía que se iba a su casa, yo le insistí que viniera porque tenía ganas de verla, y ella que no. Como siempre, acabé desistiendo agotado, y luego ella me suelta: - Y si vengo a darte un besito y me voy? – Joder pensé, me lleva a la desesperación de tanto insistir y cuando ve que ya no puedo más y la dejo tranquila para que haga lo que quiera, va y me dice que si, que viene. Si es que en el fondo se que quiere igual que yo, pero una mezcla de orgullo y racionalidad hace que haga lo contrario a lo que siente. Creo que la conozco un poco. Al cabo de un rato y de hablar con un par de amigos suyos, me vuelve a decir que se va. No se si lo hizo cinco, seis, o mil veces.

       Finalmente llegó, con su cara de cansada, sus ojitos caidos por el agotamiento y alcohol, enrojecidos, balbuceante, y con un aire de niña mala que tanto me gusta de ella. La vi tan frágil que daban ganas de cuidarla hasta que se recuperara de aquella noche, y de toda la semana, si cabe.

       La invité a subir a mi habitación a dormir, y a regañadientes subió insistiendo que también me daba un beso y que se iba. No paraba de decir que no entendía que hacía allí, que no encontraba sentido a esa situación, y yo, sin darle importancia, la miré y le dije que ya era suficiente, que se quedaba a dormir y punto, que había venido para estar conmigo y ya está. Después de días sin vernos no era muy dificil comprender porque había venido y porque estaba allí.

Después de unos cuantos abrazos y besos, nos propusimos dormir. Ella estaba agotadíssima, y en un último esfuerzo antes de dormirse me dijo:

-        Puedo pedirte una cosa?- Me susurro casi dormida.
-        Si, claro.
-        Por favor, no te separes de mi.- Cerró los ojos, y la abracé. Me separé, le cogí las manos y le dije:
-        Tranquila cariño, no me voy a separar de ti.

       Y se durmió después de darle unos besos, y de tranquilizarla. Me dejó con las ganas de decirle que la quería, de decirle que no me iba a separar, que era lo último que quería y que había luchado para no perderla. Pero estaba durmiendo, y lo único que podía hacer era susurrárselo al oido para que si de algun sitio me podía oir, que le quedara claro para que pudiera dormir en paz. La seguí besando hasta que casi me dormí. Miré la hora Eran las 6:30 de la madrugada. Cerré la luz y me tumbé a su lado, la miré un buen rato como dormía antes de dormirme yo.

       Me desperté y gire la cabeza, estaba allí tumbada, de espaldas a mi. No podía ver si estaba dormida o despierta y pensé en susurrar bajito un buenos días para saber si lo estaba.

-        Buenos días - Dije con una voz bajita.
-        Buenos días – Me contestó susurrando.

       Y con delicadeza se giró sonriente aun con los ojos cerrados, y me abrazó. Nos abrazamos. Estabamos felices de nuevo por estar juntos una mañana más. Antes de esa noche había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos habíamos despertado juntos, y los dos sabemos que esos momentos en la cama por la mañana, són momentos que los dos echamos mucho de menos, són tan especiales como dulces. Ese momento en que despiertas y ves a la persona que más quieres en tu vida, hace que sea de esos momentos que sientes la felicidad, estar allí acompañado por ella y sentir que no necesitas nada más, que con su presencia te basta y que con sus miradas adormecidas y sus sonrisas, deseas detener el tiempo en ese momento para la eternidad.

       Después de hacer el amor varias veces, de jugar en la cama y de hablar sobre lo ocurrido en la noche anterior, nos marchamos como siempre hacia la boca del metro para despedirnos, ese momento que tanto despreciamos por todo lo que nos ha marcado, pero felices de haber pasado una noche y una mañana más juntos.

jueves, 10 de octubre de 2013

8_Puedo decir

Si me pongo a pensar que es lo que más me gusta de ella, me viene a la memoria casi todos los momentos en que hemos compartido juntos. Me sorprende verla cada vez, siempre me regala detalles que hacen que me parezca todavía más interesante y más asombrosa.
     Estoy pensando que es lo que me gusta más de ella, y se me escapa un suspiro. Me viene a la retina una situación. Estamos juntos y ella esta abrazada a mi. Le cuento alguna cosa que le hace gracia, alguna opinión política, detalles sobre mi gran estilo, algunas películas que hemos visto, anécdotas varias.... y juntando los labios fuerte y con una media sonrisa, asiste con la cabeza y arquea sus cejas burlando mi comentario. Como casi siempre, no está de acuerdo con mi opinión y de forma irónica me la da, ignorando que casi siempre tengo yo la razón. Y entonces empieza el juego de la lucha por el choque de opiniones, nos relajamos y se nos contagia la sonrisa, a ver quien la dice más grande. Ella claro. Y creamos un momento mágico. Tan contrarios en algunas cosas, pero en el fondo tan a gusto con el contexto en el que estamos, ese momento que creamos. No nos importa mucho la opinión que tenemos, lo que nos importa es que estamos juntos, a gusto, riendonos con cariño y compartiendo ese momento. Supongo que ella también lo siente, pero lo único que siento o en ese momento es que la quiero, que la deseo, y que soy feliz a su lado. Cuando estoy con ella, me doy cuenta que a su lado todo me parece fácil, que nos entendemos y que nos respetamos por encima de nuestras opiniones.
      Aun recuerdo como me fascinaba al contar las cosas en ese restaurante. Con fuerza y personalidad. Segura de si misma y con rigor. Incluso cuando era seca pensaba: - Joder con la tia esta, que carácter! – Por fuera, cara de póker. Por dentro, sonrisa de rubor. Me dejó noqueado. Si hubiera sabido sobre su pasado Muay Thai, no abro la boca.
      Sigo pensando, y me sitúo en ese restaurante paquistaní del lado de la rambla, también en el italiano tan silencioso dónde comimos pizza, en el marroquí-libanes volviendo a saborear cheese nan o en el árabe dónde degustamos un riquísimo cous-cous de verduras con pastelitos dulces de postres. Todo riquísimo, sabores nuevos, vinos varios, sitios cómodos, el italiano no tanto, y con su compañía. En cada restaurante quedaba embobado observándola y mirando como comía, como si se lo fuese a quitar del plato. Lo que más me fascinaba de ella era la gratitud y disfrute que reflejaba al degustar cada uno de esos bocados, como si fuera la primera vez que probaba cada unos de esos platos. Tanto disfrutaba que hasta le salian suspiros de sabor. Era un autentico espectaculo verla comer, y un auténtico placer.
       En cada una de las citas me sentía nervioso e impaciente por verla. Aunque nos conocíamos un poco, sabía que era como una primera cita en cada una de ellas. Pero todo ese nerviosismo desaparecía cuando ella empezaba a contarme cosas, con sus gestos y sus expresiones. Con sus historias me relajaba y poco a poco iba sintiendome más a gusto, y para mi que alguien consiga que llegue a ese momento donde te sientes cómodo y con confianza, lo es todo. Mi manera de ser cerrada y poco sociable no me ha ayudado nunca a estar a gusto con demasiada gente. Y ella lo lograba. Hasta yo me impresionaba al verme tan tranquilo y despreocupado.
       Me fascinaba como contaba sus historias y hacía que cada vez sintiera más ganas de conocerla y de que me contara aún más cosas de su vida. Me hacía sentir como un niño al que esta viendo una pel•licula de dibujos a la que hacía tiempo que deseaba ver. Inocente y atento, escuchaba cada una de sus palabras acompañadas de sus tan carismáticos gestos, y de esa manera hacía que nada importara más que ese momento en que los dos viviamos los mejores momentos de su vida. Me había dicho que era una persona con muros, que le costaba hablar de ella y de sus cosas, pero viéndolo ahora, me parece que el de los muros más grandes soy yo. A lo mejor no soy una persona con muchas historias interesantes, no he viajado mucho ni he tenido demasiadas excentricidades, pero sé que ella valora otras cosas, y yo, aunque a veces me hace sentir un niño, también.
      Puedo decir que ya se que són los altramuces, que si te dicen que te apartes en una mesa no es porque se necesita espacio, que las verdaderas cosas importantes són las pequeñas cosas, que la esencia de comer es saborear cada bocado, que la colonia Halloween es la mejor del mundo, que los tatuajes duelen y el láser escuece, que si pellizcas el codo de alguien no duele porque es carne muerta, que the rocky horror picture show es un musical que esta sobrevalorado, que Pretty Woman es un peliculón, al igual que Casablanca, que si veo perros por la calle me piense de que raza són, aunque la mayoría de veces no lo sé, que hay modelos de Harleys para chicas, que tienes que ir con papeles con tu perro, que las personas vegetarianas són normales y que disfrutan igual o más comiendo, que hay gente mucho más generosa que yo, que me cueste tanto estar sin ella, he aprendido a sentirme deseado, a ser algo experto en ginebras, a saber que no hay que ir en fiestas dónde no estas invitado, a escribir lo que siento, a disfrutar del sexo con amor, a reirme de mi mismo, y de ella, a sincronizar relojes para no perder ni un minuto por verla, a odiar el tiempo, a cojer un libro y leerlo con ganas, a comprarme una camiseta de mi grupo de musica favorito, me ha hecho descubrir musica que me encanta, que oler su pelo es la gloria, que imaginarmela sonriendo es lo que me hace sonreir cuando estoy triste, que pasear por el centro tiene su qué, que me gusten más los vinilos, que cada moto que oiga piense en ella, que al mirar un menú piense a ver que se podría pedir, que la comida árabe es deliciosa, que mi imaginación sea positiva, que la esperanza es la hermana del corazón, que awkward es una serie basada en ella, a quedarme en blanco después de un beso, que no pueda dejar de pensar en ella en todo el día, que tengo la espalda muy sensible, a sorprenderme porque se ria de algo que digo, a que ir al cine sea algo nuevo para ella, a que no me diga nunca que no a un abrazo, a seguir deseando bañarme con ella de noche en el mar y pasear, que pueda gustar tanto el dulce a alguien, me asombra todo lo que ha podido leer, que le guste tanto el cine y el arte, que alguien sea curioso en todo, que una expunk pueda ser tan cariñosa, que me vea con tan buenos ojos, que no le moleste la lluvia y le guste mojarse, que le puedan asustar tanto los payasos, y los mimos, sus ganas de superación, que levantarme a las seis de la mañana para contestar una llamada suya haga que me duerma sonriendo, que abrazar cura el alma, que dormir con ella es un placer, y que levantarme a su lado es increible, que comerme un mikolapiz haga que vuelva a tener 16 años, a compartir chupa chup, a pedirme un café con hielo por nostalgia, que hay bocadillos vegetarianos falsos, que si lees mucho en las etiquetas de las comidas encuentras carne, que se pueda estar en silencio sin incomodidad y disfrutar del momento, a saber que es un huevo sin puntilla, que el pan con queso pueda ser la mejor comida del mundo, a saber que hay gente que es más de tempranillo que de garnacha, que alguien se descalce al llegar a su pueblo, que se pueda ser tan altruista, a que se preocupen por mi, a que me hagan sentir entendido, a ser valiente, a saber decirme donde comprar ropa, que sienta mis nervios al haber quedado de nuevo, a ponerme nervioso en un ascensor, a reirme de pedos que no huelen, que despierten en mi tanta curiosidad, a no saber controlar tanta atracción, que hagan que me bloquee al decir lo que siento, saber que es cuando te dicen si tienes algo que objetar, a saber que El Bicho es Miguel Campello, que hay muchas películas raras que estan bien, al igual que bastantas comerciales, a que me de cuenta que me gustan más las bragas que los tangas, que hay orquillas caseras, que me guste tanto que diga mi nombre, que todavía haga bromas sobre mi sexualidad tan cuestionada, que me acuerde de casi todos los besos que me ha dado, que cuando me abraza se para el mundo, que me gusten tanto sus pulseras, que hay DNI,s que estan mal, que hay gente que no le gusta que la toquen, a saborear el metal de sus pendientes, a que se pueda estar tan atractiva con pijama, a saber a que saben los besos que saben a gloria, a saber que es ser práctico a las 3 de la madrugada, a sentirme otra vez como un adolecente en el cine cojiéndome de la mano y sentir las manos sudorosas, a girarme y verla reir solo con la luz de la pantalla, a que apoye su cabeza en mi hombro, a que me digan vamos a tomar algo, a sentirme superman a su lado con cuerpo de Clark Kent, a que me llamen ciego, a saber que una chica puede querer ser camionera, a que alguien quiera viajar conmigo, que se pueda ser tan agradecido con regalos tan pequeños, que el excel es muy fácil, que le puedan gustar tanto los animales normales como los raros, que me sorprendan besándome por detrás, que se pueda tener un código para cortar malentendidos, que una foto me alegre tanto el dia al igual que me ponga tan nervioso, a estar sentado dos horas al lado de una fuente, a tener ganas de conocer a una perra, a desear tomarme una copa de cava con fresas, a echar tanto de menos a alguien, a ser atrevido, a mostrarme tal cual soy, a dudar sobre si soy pijo o no, a acordarme de ella en cada tatuaje que veo, a que hay últimos trenes, a untar los pies con gintónic y limon, puedo estar rodeado de gente con ella y olvidar que la hay, a buscar escalones de los portales para besarla mejor, a colarme en el metro, y muchas cosas más que he aprendido con ella.
      Puedo decir que es una de las personas más interesantes que conozco y que despierta en mi mucha curiosidad y ganas de vivir. Todo lo que me ha dado hasta ahora, ha hecho darme cuenta de que hay personas que vale mucho la pena conocer, y que hacen que den sentido a todo lo que me rodea, que luchar sirva de algo y que solo con verla sonreir, me hace feliz.